domingo, 18 de mayo de 2008

Espejo roto


















Espejo roto




Llegó de madrugada, exhausta, golpeada; otra vez…Le dolía la boca, ésa noche había sido su herramienta de trabajo; ¡Es fin de mes! eso se nota.

No aguanto más, así no puedo seguir, se decía en sus momentos más bajos y tristes. Puta vida, por qué me metí en esto, por qué confié en él, era sólo una mala situación, serían un par de semanas, sólo para pagar deudas, -me vence el plazo, y si no pago acaban conmigo…Qué cabrón!...ya llevo dos años.
Siempre me voy a enamorar de quien no me conviene; pero se acabó, hoy mismo le digo que lo dejo, que me voy, no quiero ésta vida, basta ya!...

La dignidad destrozada, los sueños rotos, la melancolía de abrigo, la tristeza compañera. Ya nada volverá a ser igual.
-Estoy marcada, tendré que cambiar de ciudad.

El día terminó por imponerse, ella por dormirse.

Los nenúfares reverdecían, los almendros en flor, campos de amapolas, flores silvestres, todo era brillante y florido; corría por los prados riendo a carcajadas, jovial, rejuvenecida. Iba de la mano del hijo no nacido, la niña de coletas rosas y las pecas azules. Jugaban a vestir flores, a pintar colores en los márgenes del viento…Era feliz, tenía una familia feliz, y un perro peludo y un gato de angora y una casita con jardín, y él; qué elegante y digno de su amor.

Los pájaros cantaban a su alrededor y ella corría y corría, libre, bella; con su hijo no nacido, senderos de ilusión tras los campos de madreselva, inundada de perfumes de azahares, y las aguas cristalinas de manantiales salados le dan vida.

Fría y bañada en sudor se despierta, abre los párpados débilmente, borrosa mirada que divisa su silueta en la pared; los labios resecos se despegan, las palabras se ausentan; se nota húmeda, un manto rojo y viscoso a su alrededor, da presencia de su situación. Ahogada la garganta, se ve diluida, lejana; flotando en su último aliento, su mente escupe palabras que todavía hoy resuenan en el éter…por fin!...por fin!...soy LIBRE…


Marcial Cortegoso